Celestino poseía el don de la conversación. Celestino contaba, de esa manera maravillosa que tienen los conversadores vocacionales, a las señoras del coche algunas de las experiencias que en el terreno de lo paranormal había tenido a lo largo de su vida. Experiencias que abarcaban tanto el campo de los visitantes extraterrestres, levitaciones, misas negras, apariciones de entes y de fluido inmatérico...
Ahora, se estaba dirigiendo, con la confraternidad que genera el pequeño espacio de un automóvil, a Basilisa.
-Has hablado muy poco y yo creo que lo que tratas es de que no sepamos los poderes sensoriales muy notables que tienes...No sé si sabrás que Mariano Refractario -personaje muy conocido por un programa nocturno de radio - siempre dice que no conoce ningún telépata, ni siquiera ningún osciolentista que te llegue ni a la punta del zapato.
Basilisa enrojeció de rubor por un momento, ella nunca quería hablar de aquellos extraños poderes que tenía. Aquellos efluvios incontrolados que repentinamente le invadían ya desde que era niña. Tal vez fuera que no quería que se repitiesen los viejos sucesos de su infancia, esa sensación que acaban teniendo todos aquellos que no se ajustan al patrón medio de las gentes. Nunca llegó a conocer los mecanismos que regían las intuiciones sobre el suceder; pero aquella especie de poder no le habían traído más que problemas en su vida. Ya se sabe...En los pueblos este tipo de cosas se miran muy raras, y su propia familia la llevó a un convento después de que adivinara la llegada al pueblo de la sobrina del molinero que se había marchado un buen día y de la que no se había vuelto a tener noticias. No habían vuelto a saber nada en veinte años, ni una sola señal de que estuviera viva o muerta.
Estaban sentados a la mesa el día de la celebración del patrono, el agrícola San Roque, estaban reunidos vecinos y familiares, algunos desplazados de los pueblos de los alrededores. Basilisa se había levantado y había dicho como si cualquier cosa: "Por el camino viene Ana -que así se llamaba la desaparecida- y trae una maleta roja muy pesada con la que casi no puede".
Y se rió como si la hiciese gracia la imagen que veía de la mujer tirando de la maleta con todas sus fuerzas por el polvoriento camino que unía el pueblo con la carretera.
Los comensales se quedaron mudos ante aquella ocurrencia disparatada de la niña. Pero al asombro sucedió la incredulidad cuando por los ventanales del comedor donde se encontraban, que daban a la plaza del pueblo, vieron aparecer a una joven vestida con traje de ciudad que tiraba fatigosamente de una maleta roja.
En el convento las cosas no fueron mucho mejor y sus dotes proféticas despertaron el recelo envidioso de algunas monjas que no aceptaban que los dones surgidos de la impetración y del sacrificio llegaran de forma tan sencilla, y no la dejaron vivir tranquila.
Así que sus poderes siempre habían representado un rosario de amargas dificultades. Habían llegado a representar una especie de vergüenza, hasta que todo aquello lo convirtió en una profesión, una profesión lucrativa.
Era por lo que Basilisa gustaba de personas como Celestino, personas que comprendían con toda normalidad los recónditos pasillos y rincones de las almas diferentes.
- Si os parece , dijo, Cuando se hayan marchado todos los invitados al Congreso, en la noche de clausura, podemos realizar una experiencia de telequinesia retrospectiva... Pero tenemos que ser muy pocos...Los que estamos aquí y alguno más que tú Celestino tengas interés en que asista.
Celestino recibió estas palabras con mucha alegría. Él había estado esperando mucho tiempo tener la posibilidad de presenciar los famosos poderes proféticos de la pitonisa.
- Pero qué me dices...No sabes lo feliz que me haces. Si no te importa déjame prepararlo todo...De verdad que me siento ilusionadísimo..."realmente", cada vez que pienso en la intensidad que el pasado tiene en la atmósfera de la ciudad mágica, y lo que tú puedes registrar, se me ponen los pelos de punta.
Y, mientras en el interior del turismo ya no se hablaba de otra cosa que de la próxima experiencia transportativa y oracular por las nocturnas calles de Toledo, el vehículo ganaba las primeras calles de la ciudad donde un gran cartel engalanado con guirnaldas tipográficas y banderas provinciales, regionales, autonómicas, nacionales e internacionales saludaba a los recién llegados:
" PRIMER CONGRESO MUNDIAL- TOLEDO, ENCRUCIJADA DE CULTURAS"
Comenzó el congreso.
Celestino estuvo aquellos días "realmente" ocupado. A lo que era estar al tanto de las conferencias que se iban celebrando, las reuniones y las mesas redondas, siguiendo las características del programa, tenía que atender a los medios de información. También tuvo que resolver el problemas que se planteó con el obispo católico que se negó a estar en el mismo plano que el representante del judaísmo, de un lama tibetano y de un hechicero de una tribu del centro de Africa.
El obispo romano acusó a los organizadores de ser adoradores de satanás y al congreso de apestar a dualismo herético.
La polémica era peligrosa, porque podía significar que los nutrientes que tenían que proceder de los organismos oficiales, de la banca privada y de varios comerciantes de electrodoméstico y una industria farmacéutica, pudieran verse resentidos con la polémica.
Felizmente, todo pudo arreglarse gracias a la habilidad de Celestino que decidió invitar a un representante de la Compañía de Jesús y a un fraile Dominico, quienes aceptaron encantados, sobre todo después de que Celestino insinuara al jesuita la posibilidad de ocupar una plaza de profesor de instituto y al fraile el encargo de realizar un guión para la televisión sobre la orden Dominica y la conquista de América.
Se sucedieron las jornadas del congreso con gran éxito y la convención se cerró con una cena multitudinaria a la que acudió lo más granado de la ciudad. Poco después, un microbús salía camino de Barcelona y un autobús camino de Bilbao; pero los que habían llegado en el gran turismo no se marcharon, no se marcharon porque a ellos les esperaban acontecimientos únicos, les esperaba el viaje nocturno que iban a transitar dirigidos por la maga Basilisa, el recorrido hiperbólico y telúrico por las calles de Toledo en busca de las pulsaciones magnéticas guardadas en el cofre sellado del pasado.
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sábado, 13 de marzo de 2010
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