miércoles, 18 de noviembre de 2009
SPLENDET FRANGITUR (TODO LO QUE BAJA, SUBE)PARTE PRIMERA. CONTINUARÁ.
Los veraneantes regresan a sus lugares con pequeñas colecciones de conchas ganadas a la playa en las batallas heroicas de los días de verano. Y son, estas mínimas victorias, motivo de felicidad. Son hallazgos, que acumulados en el regazo de las bolsas playeras tintinean como monedas de piedra que, más tarde, se guardan en un cesto de mimbre o en una caja de madera o tras el cristal de una vitrina para que, en los cortos días y largas noches de invierno, sirvan para recordar aquellos días. Pero lo que se encuentra y lo que se lleva puede ser también la ráfaga de una aventura o el dedo, repentino, del azar , el encuentro con algo que tuvo la virtud de cambiar para siempre el destino de una vida
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este es el relato de una persona cualquiera al que la vida le cambia, de repente, por el hallazgo casual de un anillo.
ResponderEliminarConsejo: a veces es mejor no provocar al destino